Me he dado cuenta de que en nuestra ansia de poner nombres a todo hemos ido acuñando un montón de términos para referirnos al comercio local. Pequeño comercio, comercio de proximidad, comercio de barrio… o comercio tradicional. Y cuando usamos este último término lo hacemos en contraposición al ¿comercio digitalizado?

La tradición no es mala: una buena comida preparada como lo hacía nuestra abuela, las fiestas de nuestro pueblo, un cuento a la hora de dormir… Pero cambiamos, cambiamos muy rápido. Si lo tradicional supone falta de evolución, no es bueno para tu comercio.

Y luego resulta que enarbolamos la bandera de la digitalización para transformar el comercio tradicional. Pero esto no sirve de mucho si usamos las herramientas digitales para seguir vendiendo de forma tradicional: compra productos, almacena productos, busca clientes, vende productos. Seguiremos siendo negocios tradicionales si sólo sabemos comprar productos que después necesitamos vender cuanto antes. Esto no es evolución.

Porque la transformación digital no es abrir nuevos canales para hacer que te compren; dejar de ser tradicional es pensar en una nueva realidad, en la que tienes que ofrecer algo diferente a tus clientes, averiguar cómo puedes ser el mejor resolviendo sus problemas. Dejar de ser tradicional es replantear tu modelo de negocio y empezar a construirlo desde la dichosa “propuesta de valor”. Y todo esto si dejar atrás las buenas tradiciones, como un excelente servicio al cliente.

¿Quieres pensar en transformación digital? Plantéate que esto no sólo cuestión de abrir nuevos canales. Piensa en que lo digital sirve para testear nuevas ideas con inversiones mínimas, con landing pages o pequeñas campañas de publicidad. También sirve para conocer, para analizar, para detectar tendencias, para preguntar y ESCUCHAR a tus clientes. Lo digital pone a nuestra disposición conocimientos e información (muchas veces gratis) que tenemos que ser capaces de analizar. Y sobre todo lo digital sirve para compartir, para trabajar con personas que están en otro lugar y para estar más unido con tus proveedores o con otros comerciantes.

Así que la pregunta es ¿quieres un comercio tradicional o un comercio innovador?