Hace ya mucho tiempo que usamos internet para comprar. También hace tiempo que usamos internet para comprar en tiendas “físicas”. Así que exploramos online, compramos online; Otras veces compramos en online, pero recogemos en las tiendas. Ya no distinguimos entre canales. Todo normal, ¿no? Todo muy omnichannel.

Pues la verdad es que no. Todavía hay marcas, marcas con unos cuantos puntos de venta repartidos por la geografía nacional, que ponen un precio en las tiendas y otro diferente en la tienda online. Y, curiosamente, el precio de la tienda online es siempre más barato.

Imagina la cara que se le queda a un/a vendedor/a cuando le dices que el producto que ibas a comprar (porque ya lo tenías fichado en el canal online) es un 10 o 20% más caro en tienda. No se lo dicen sus jefes o el/la gerente de tienda, se lo dice un cliente. Y para colmo, se queda sin venta.

Supongo que hay una justificación para hacer esto: la competencia, el precio de la superficie comercial, lo que te dice tu agencia de marketing digital que debes hacer para captar clientes…. Pero ¿no estás decepcionando a tus clientes? ¿No estás dejando indefensos/as a tus vendedores/as? Coméntame cómo lo ves, ya sabes que me encanta el debate 😉